![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMosgEtQQKwP6kL1z4w74YQgUwcRlXXTq5Sbm8H_N4IDwEVS5hLr6wuPTat_-Nh2DZqxHCEn5KvlPDywIPTe2eRgPkGGJ4LUXvh-qak3NtRSoXmUGxARlQZurSPeHbL_hxlivKOxX8Jik/s320/viajesdeperro.jpg)
"...Ocurrió lo que que me pasaba cuando era niño y me ganaba el tiempo aburrido mirando los muebles, los muros, las ventanas, y me ponía a repetir mentalmente una palabra hasta el infinito, por ejemplo, la palabra "enchufe". Enchufe, enchufe, enchufe, enchufe, enchufe, y la palabra "enchufe" se transformaba en un sonido feo sin sentido, con esa "che" metida en medio, había perdido su significado y quedaba apenas la secuencia fónica que seguía repitiendo, enchufe, enchufe, enchufe".
Rafo León, Viajes de perro, Santillana 2005, p. 43