domingo, 21 de abril de 2013

Tiempo...

El ayuno se apodera de mi mente, 
la búsqueda del vacío que queremos llenar con vacío, 
la sabiduría que queremos llenar con ignorancia, 
el grito que queremos transmitir con nuestro silencio, 
percibimos las cosas mejor mientras menos actuamos, 
amamos mejor mientras más lejos estamos, 
odiamos más cuando estamos más cerca, 
y agradecemos más mientras menos nos apreciamos, 
quiero compartir mi aire contigo,
ese aire que transmitíamos mientras nos acurrucábamos, 
ese aire pesado que transmite ternura y pasión. 

Hace poco te dije que te amaba,
 y me creíste y pensaste que era una verdad absoluta, 
que ese momento presente se convertiría también en futuro 
y que ese sentimiento perduraría en el tiempo, 
pues si lo era, 
pero ya no lo es, 
yo también lo sentía pero el tiempo se encarga de simplificar esos momentos 
y lo peor de nosotros es que tenemos memoria y recuerdos, 
piensas reafirmar tu dolor cuando recuerdas esas palabras,
pero la diferencia es que el tiempo ya ha transcurrido pero no tu olvido,
momento desdichado del desamor, 
momento sagrado que se vuelve intemporal, 
que luego puede ser transmitido a diferentes tiempos: 
pasado, presente y futuro. 

No te guíes de ese momento que si bien fue verdad pues yo ya no soy el mismo de aquello, 
yo no soy yo, 
yo soy otro, 
soy ese que no quieres aceptar, 
quieres aceptar al verdadero, 
al anterior, 
pues ese yo anterior fue verdadero pero ya no lo es ahora, 
olvidémonos y ahora piensa en estas palabras: 
No te amo, 
Vuélvelo absoluto e intemporal, 
Utilízalo ahora y posponlo para que te sirva de guía, 
y es así que todo termina, 
porque piensas que ya no te amo y no te podré amar.
Sin embargo, 
el tiempo es neutral.

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