miércoles, 4 de junio de 2014

Reflexiones acerca de la comunidad nikkei en el Perú: Pasado, presente y futuro.





Este es un ensayo de carácter reflexivo acerca de la comunidad nikkei en el Perú. Que toma  en cuenta algunos acontecimientos históricos, desde su llegada al país hasta la actualidad; este análisis servirá para poder comprender mejor la situación actual de la comunidad. Además, rescato algunas ideas que Octavio Paz escribe en su libro “El laberinto de la soledad”, específicamente relacionado a la  etapa de la adolescencia. Me parece pertinente incluir este análisis de este periodo de la vida porque va a ayudar a ejemplificar y servirá como metáfora para poder explicar mejor la situación de la comunidad nikkei. A partir de ello podrá servir como punto de partida para crear una visión a futuro y establecer una base y un horizonte a seguir del devenir de este grupo colectivo del que formo parte.
“A todos, en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular, intransferible y precioso. Casi siempre esta revelación se sitúa en la adolescencia. El descubrimiento de nosotros mismos se manifiesta como un sabernos solos; entre el mundo y nosotros se abre una impalpable, transparente muralla: la de nuestra conciencia. Es cierto que apenas nacemos nos sentimos solos, pero niños y adultos pueden trascender su soledad y olvidarse de sí mismos a través del juego o trabajo. En cambio, el adolescente, vacilante entre la infancia y la juventud, queda suspenso un instante ante la infinita riqueza del mundo. El adolescente se asombra de ser. Y al pasmo sucede la reflexión: inclinado sobre el río de su conciencia se pregunta si ese rostro que aflora lentamente del fondo, deformado por el agua, es el suyo. La singularidad de ser –pura sensación en el niño- se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante.”[1]

Cito este texto, proveniente de el libro “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz porque me parece pertinente resaltar la característica del adolescente y que incluso podría extenderse hasta la juventud. Quiero agregar algunas ideas a modo de interpretación de esta frase. En relación al tiempo creo que lo que caracteriza al niño y al adulto es el tiempo presente. El niño vive el presente jugando y el adulto trabajando, ¿Pero qué hay del adolescente y en menor escala del joven? Estos se encuentran en un vaivén entre el tiempo futuro y pasado, sin tomar muy en cuenta el presente. Futuro porque se preocupa acerca de cómo se va a ver en algunos años y a partir de ello va a ir forjando sus acciones a seguir. Y pasado porque queda como recuerdo esos momentos de su niñez que mira con nostalgia y melancolía, recuerdos que estaban exentos de responsabilidades y lo único que le importaba en ese momento era divertirse y ser feliz. Pero ahora el adolescente se encuentra en una situación contradictoria y paradójica. No juega ni tampoco trabaja, ¿Qué es lo que puede hacer? Reflexionar estos dos aspectos.

Hay muchos adolescentes que prefieren omitir este periodo tan confuso y se lanzan a riendas y sabiendas a la vida adulta. Pensando que la madurez es un fin que todo ser humano debe alcanzar y mejor aún si es a más temprana edad. Pero en el fondo tratan de evitar ese momento de angustia y de incertidumbre que lo único que hace es crearles más problemas. O también influye mucho el entorno, que en vez de motivarlos los presiona para que puedan tomar una decisión lo más pronto posible, que a estas alturas reflexionar es una pérdida de tiempo y que lo que importa en este momento es el progreso y reconocimiento. Hay otro tipo de adolescentes que se aferran totalmente al pasado, que añoran con melancolía ese recuerdo feliz y perfecto que los marcó y que nunca más van a volver a pasar. Aunque ellos, de forma masoquista insisten en seguir  en este estadio y congelar el tiempo para poder permanecer en una felicidad absoluta aunque ilusoria.

Estos dos casos en la adolescencia no deberían de ser vistos de forma aislada. Me parece que en esta etapa se debe de tomar ambos aspectos, que los dos son imprescindibles para que el adolescente pueda desarrollarse de la manera más plena. Porque si por un lado se prefiere tomar solamente el futuro como un aspecto a seguir sin tener ninguna reflexión de por medio, pueden mantenerse algunos cabos sueltos que no pudieron ser resueltos en la infancia ni en la adolescencia y esos aspectos van a mantenerse de forma consciente o inconsciente por el resto de nuestras vidas llegando a imposibilitar el éxito total. O mejor dicho, a no poder satisfacer del todo el ámbito emocional de la persona y solamente el éxito profesional. En cambio, si sólo se vive en el pasado, aunque este caso es menos común, puede ocurrir el hecho de que la persona no pueda hacer una proyección del futuro y vivir de concepciones imaginarias que ya no existen en la realidad, ya que estos momentos idealizados dejaron de existir y se transformaron, porque lo que caracteriza a la sociedad es el cambio constante y el devenir de ella y la falta de adaptabilidad podría repercutir en una fracaso personal y vital.

Dicho todo ello, en esta etapa tan confusa que es la adolescencia, deben de tomarse en cuenta estos dos casos. Ya que uno no puede mirar o proyectarse al futuro si es que no se conoce a sí mismo, desde sus defectos y virtudes; desde sus problemas personales y de su entorno. A partir de ese autoanálisis que uno se hace puede reconocer sus cualidades o talentos que le va a permitir afrontar la adversidad y las responsabilidades cuando sea adulto. Luego de conocerse y ver sus intereses particulares va a poder proponerse metas y objetivos a largo plazo que puedan satisfacerlo.

Poniendo este ejemplo de la adolescencia, esto lo podemos trasladar a la cultura nikkei peruana. Esta se introdujo en el Perú de forma masiva desde el año 1899, es decir que ya se están cumpliendo los 114 años de los primeros inmigrantes que vinieron al Perú. ¿Pero por qué digo que nos encontramos en esta etapa? Porque la mayoría de estos inmigrantes lamentablemente han fallecido, es la ley de la vida, aunque quedan algunos en su minoría. En cambio, lo que caracteriza a la colectividad nikkei son los descendientes de ellos: La segunda, tercera, cuarta y hasta quinta generación. Entonces, la niñez, o sea los primeros inmigrantes se están extinguiendo. No obstante, hay cosas que todavía estamos manteniendo. Y ahora estamos entrando al proceso de la adolescencia que vienen a ser estas nuevas generaciones. A partir de este hecho ¿Hacia donde debemos dirigirnos? Difícil pregunta que responder porque esto requiere un cierto autoanálisis que no hemos podido desarrollarlo a cabalidad debido a una serie de factores sociales que voy a desarrollar a continuación.

La primera característica es que la mayoría de los inmigrantes que vinieron al Perú provienen de Okinawa y este lugar tiene una particularidad única con respecto a Tokio y a todo el territorio total del Japón. En esa época las personas de Okinawa se comunicaban con un lenguaje diferente al japonés común y corriente que se conoce, era un dialecto que con el tiempo se ha ido perdiendo pero que a su vez le dio esa peculiar identidad a los de ese lugar. De la misma manera la gastronomía y el tipo de trabajo que realizaban, este último se refiere a la agricultura. Entonces ¿Se podría decir que existía una cultura netamente japonesa o había más que todo una cultura donde predominaba lo okinawense? ¿Existían rencillas entre los de Okinawa, Tokio y el resto del territorio del Japón? Me parece que estas incógnitas deben de responderse para ver si como colectividad nikkei debemos tomar en cuenta sólo el aspecto regional y local de nuestros antepasados o si por el contrario, traspasar estas barreras locales y construir una visión de conjunto como identidad nacional del Japón. No estoy seguro si en esa época existía una fuerte unión nacional en el Japón como ocurre actualmente.

Otro aspecto que se debe tomar en cuenta es el periodo de la segunda guerra mundial y a este quiero prestarle mayor importancia porque creo que hay consecuencias que no se han podido analizar y reflexionar de la manera más minuciosa. En la segunda guerra mundial existían dos bloques que estaban en constante conflicto, el Japón estuvo aliado con Alemania e Italia, lo que se llamó Las Potencias del Eje. En el otro grupo se encontraban principalmente los Estados Unidos, Francia, Inglaterra y otros países del resto del mundo, a este se les denominó Los Aliados. El Perú no fue ajeno a este conflicto y tuvo que tomar una posición como nación con respecto a qué bloque debía de pertenecer, al final terminó aliándose al bloque de Los Aliados. Resalto la palabra nación porque políticamente tomó posición con este bloque, aunque se sabe que en la sociedad peruana existieron grupos no nikkeis que no estaban de acuerdo y que más bien apoyaban al bloque de Las potencias del eje.

En consecuencia, la comunidad nikkei se vio afectada por este acontecimiento de escala mundial. Muchos japoneses y sus descendientes fueron deportados del país y se les envió a los campos de concentración en los Estados Unidos. Varios negocios de los nikkeis fueron destrozados debido al odio que sentían los peruanos hacia ellos, pensando que su país de origen, el Japón, les iba a invadir y les iba a quitar puestos de trabajo. Y aquí existe una paradoja en la misma comunidad nikkei, porque en ese momento de tensión tenían que tomar una posición con respecto a su identidad como colectividad. Difícilmente podían escoger una opinión intermedia o como se dice coloquialmente, no podían escoger los matices de color gris; tenían que escoger entre el blanco o el negro, o sea, entre identificarse como japoneses netamente o por el contrario como peruanos. Se presume que en ese momento la cultura no era vista como algo dinámico ni mezclado, sino como cerrada y estática. En ese entonces la comunidad nikkei no tuvo tiempo para poder reflexionar y tenían que adaptarse a la situación de la sociedad peruana, peor aún en la época de la segunda guerra mundial. Al final tuvieron que escoger de forma aparente y presionada esa identidad peruana. Se cerraron colegios de la comunidad nikkei y algunos que no fueron cerrados tuvieron que cambiarse de nombre;  hubo un proceso de transformación en la devoción religiosa, de una religión shintoista y budista se fue pasando a la religión católica en su mayoría de los miembros; el idioma japonés y el dialecto okinawense se fue perdiendo; a varios de los descendientes se les prefirió poner un nombre en castellano en vez de uno en japonés; hubo una amnesia total de las posteriores generaciones con respecto a la historia de los orígenes y su desarrollo de la comunidad nikkei; entre otras cosas.

Se trato de imponer una cultura que todavía ellos no podían asimilarlo de forma completa, en primer lugar porque varios de ellos provenían del Japón y como comunidad esta no estaba establecida desde hace mucho tiempo, pero debieron adaptarse a las circunstancias porque era la mejor manera de poder sobrevivir. Este aspecto de adaptación también debemos tomarlo con pinzas ¿Hasta qué punto la comunidad nikkei debe adaptarse a los requerimientos de la sociedad peruana y de la globalización sin llegar al extremo de alienarse? Me refiero con alienarse a la pérdida de control de uno mismo y al punto en que niega sus mismas características e identidades con el fin de convertirse en otra persona que no es. 

Otro acontecimiento que también es necesario reflexionar es acerca del fenómeno dekasegi. Este se refiere al proceso migratorio que hicieron miles de nikkeis hacia el Japón debido a la crisis económica que se dio a finales de los años ochentas con el gobierno de Alan García y a la crisis política generada por la violencia terrorista. Muchos hijos jóvenes y padres de familia tuvieron que irse al Japón para poder mejorar su situación económica a costa de dejar a sus familiares. Muchos de los nikkeis fueron criados por un solo padre o madre, e incluso algunos no se criaron con ellos. Los tíos y los abuelos tuvieron que reemplazar estas figuras paternas y maternas sin poder suplir del todo estos vacíos. El resultado es que se creó y se amplió una brecha entre estas dos generaciones imposibilitando una comunicación fluida y estable. Los hijos provenientes del fenómeno dekasegi tuvieron que aferrarse más a la sociedad y a las costumbres peruanas para poder cubrir aquellos vacíos dejado por sus padres. Nuevamente, no se pudo realizar un proceso de reflexión acerca de la misma comunidad, todo ocurrió tan rápido que el mismo tiempo diluyó esta incógnita y esta incertidumbre que se ha propagada hasta la actualidad.

Como último acontecimiento social que se debe tomar en cuenta, aunque no lo explicaré en este momento, porque es un aspecto que todavía se mantiene en la actualidad y requiere mayor complejidad de análisis es la insólita elección de Alberto Fujimori como presidente del Perú en la década de los noventa del siglo pasado. Este caso se asemeja con la época de la segunda guerra mundial pero en una menor escala. Porque en un inicio se trató de dividir a la comunidad nikkei por parte de la sociedad peruana forzándoles a que tomen posiciones extremas. Pero que con el tiempo estas se han ido apaciguando creando una cierta atmósfera de hermetismo en la misma comunidad nikkei. Ocasionando un silencio prolongado con respecto a este tema.

Finalmente, tomando en cuenta la premisa de la adolescencia, creo que como comunidad debemos de realizar un autoanálisis y reflexión que lamentablemente no hemos podido hacer anteriormente debido a lo que mencioné en todo el texto. Esta reflexión debe de ser de forma exhaustiva y paciente, tratando de ver retrospectivamente los orígenes, características y cualidades de nuestros antepasados para que así podamos conocernos más a nosotros mismos y ver que características se han mantenido en nuestra época. También conocer la realidad de la sociedad peruana, que creo que la mayoría ya lo conoce, aunque no está de más decirlo. Sólo así podremos proyectarnos como comunidad y tener un horizonte en común. Pero si existe un vacío o amnesia en el conocimiento de las generaciones actuales con respecto a sus orígenes y a sus antepasados, es muy difícil que podamos salir de este problema y por último, la comunidad nikkei poco a poco irá desintegrándose y tomando rumbos heterogéneos y accidentales como percibo que actualmente está pasando. Debemos tomar en cuenta esta vivencia y metáfora del adolescente, hacer un autoanálisis de su niñez, de su historia personal y colectiva y a partir de ello utilizar este conocimiento para crear un horizonte de sentido.


Eyan


[1] PAZ, Octavio, El laberinto de la soledad, Postdata y vuelta al laberinto de la soledad (México DF, FCE, 1999), p.11.
[2] MORIMOTO, Amelia. Los japoneses y sus descendientes en el Perú (Lima, Congreso de la República del Perú, 1999).

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