domingo, 25 de enero de 2015

Amores correspondidos

No puedo entender tu maldad infundada
que no tiene relación con tu historia pasada,

la bondad y la inocencia es parte de tu ser
mas en este momento he dejado de creer,

no logro entender en qué diablos pensabas
o es que mi razón no era la más acertada,

nunca dudé de tus principios morales
mas ahora que veo el panorama todo se hace más grave,
porque no siempre defendemos 
nuestros valores más supremos,
menos aún, cuando interviene aquel sujeto
que nos dice al oído que la bondad es un acto de cobardía, 
buscando reducir tu abundante autoestima.

Y dejas de actuar según tus ideales
porque ahora se ha introducido el parásito en todo lo que haces,
que te hace sentir cobarde en todo lo que realizas,
cuando lo único que quiere es borrar tu hermosa sonrisa.

Y tú le crees porque se meten con lo más preciado de ti,
tu ser, 
ese ser que es mancillado por la culpa de tu conciencia
y cuando eso ocurre ya no hay nadie que la revierta,

Ahora solo empiezas a actuar para probar tu voluntad 
de que no eres una miedosa,
realizando cualquier acción sin importar el fin,
superando la barrera de lo que es bueno, 
porque lo único que tú quieres es demostrar que no tienes miedo.

Me lamento que ya no pueda hacer nada,
cualquier cosa que te diga lo tomarás como un ataque de ira.

La única forma que vuelvas a tu estado natural
es que dejes de estar con esa persona inmoral,
que a cada momento te pone a prueba 
como si fueras un castillo de arena,
que te arma y te desarma como le da la gana,
cuando tú tienes que ser dueña de tu propia manzana,
y no de aquella que te invita la serpiente,
que por acto de magia te hace comer su manzana
sin que tengas hambre y sin que tengas ganas.

Lo único que quiere es ponerte a prueba 
para que él pueda sentirse que tú eres su esclava
y tenerte allí cuando se le dé la reverenda gana.

Y cuando te des cuenta que todo fue un mal entendido, 
voltearé a verte aunque te haya perdido,
mas luego me iré aunque te haya amado 
porque sé que nosotros solo fuimos parte del pasado.

A pesar que haya sido un amor correspondido
no era parte de nosotros ni tampoco del destino
estar juntos como hubiésemos querido,
no te preocupes, porque de aquí algo hemos aprendido.



                                                                                          Eyan

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