martes, 6 de enero de 2015

El dolor de la libertad

Veo que mis palabras se liberan como las hojas caídas en otoño,
caen lentamente,
zigzagueantes,
tic-tac,
dice el péndulo de un reloj.

Las veo partir como las mariposas saliendo de sus capullos,
libres y felices,
olvidándose que algún día fueron orugas,
que no pudieron volar.

Las hojas del otoño estaban a punto de marchitarse,
cansadas por el transcurrir del tiempo,
pensando que la muerte se les presentaría por naturaleza,
ley de la gravedad.

Mas las hojas del otoño murieron antes de tiempo.
Las mariposas se las devoraron,
su libertad fue una amenaza para aquellas.

¿Acaso Max Demian tenía razón?


Eyan

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