martes, 3 de febrero de 2015

Narcótico

Me despierto asustado,
no son pesadillas,
es la realidad,
mis párpados tiemblan como el reloj-alarma
a la hora del alba,

Desayuno las noticias del día,
una copa de vino:
la sangre derramada de Cristo.

Salgo al mundo exterior:
accidentes de tránsito por doquier,
personas que intentan auxiliar,
mas retroceden y se van,
dios no las espanta,
él no castiga,
es el jefe con saco y corbata.

Los transportistas dicen:
más vale perder un minuto de tu vida
que la vida en un minuto.
Los jefes dicen:
más vale que el prójimo pierda la vida en un minuto,
que tú llegues un minuto tarde a tu trabajo.

Cae la noche y las estrellas se cansaron de brillar,
aparecen los mendigos con la mano levantada,
circulan las personas con la mirada alzada,
nadie mira a nadie,
mas todos voltean cuando las monedas caen al suelo,
única reacción natural.

Regresas a tu morada
y ves el noticiero del día,
nada te afecta,
estás aletargado,
la droga más poderosa es aquella
que no se presenta como droga.

Eyan

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