miércoles, 29 de abril de 2015

Mentir para amarte

Tengo que confesarlo,
pensé que era honesto,
pero para el amor,
no lo soy del todo.

Unos amigos nos presentaron

y me enamoré de ti a primera vista,
un instante que se volvió eterno,
una mirada,
una imagen,
un pensamiento,
un sentimiento,
un recuerdo inolvidable,
los días se convirtieron en noches
y las noches en días,
eso es cierto,
es una verdad,
pero lo que ocurrió después es fantasía.

Tus amigas te contaron

que de mis propios labios
salieron versos amargos,
ninguno describiéndote
como mis ojos lo hacían,
esos adjetivos bellos
me los guardé para después.

Sí, así les dije,

o mejor dicho,
así callé.
Ellas me preguntaron:
¿Te parece simpática?
Normal
¿Interesante?
Así parece
¿Inteligente?
No la conozco suficiente.
¿Te gusta?
No...nada que ver.

Les mentí, sí,

soy un mentiroso,
no puedo ser honesto con el amor.
Y tú no me entiendes,
no sabes si creer en mis palabras
o en mi mirada.

No creas todo lo que les dije,

quería esperar este momento,
estar a solas,
decirte mis sentimientos más profundos
porque las mentiras se desvanecen
cuando cae la noche,
cuando sueño contigo,
cuando hablo con tu sombra:
tu ausencia,
tu recuerdo se impone.

A ellas les mentí:

porque el amor no se comunica por teléfono malogrado,
porque un exceso de verdad deja de lado el misterio,
y una precipitada confesión ahoga el encanto,
la sorpresa de no saber si nos amamos
expande nuestro amor más allá de lo esperado.
es mejor sorprenderte con un regalo
que prometerte un millón de éstos.

Eyan

martes, 21 de abril de 2015

La mirada del amor

Si eres feliz,
quiero que me lo digas mirándome a los ojos.

Si crees en tus ideales,
quiero que me los demuestres mirándome a los ojos.

Si crees estar en el camino correcto,
quiero que me convenzas mirándome a los ojos.

Si amas lo que haces,
quiero que me lo expreses mirándome a los ojos.

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Si quieres hacerme daño,
hazlo,
pero quiero que estés preparado
cuando me veas llorar.

Si quieres hablar mal de mí ante los demás,
hazlo,
pero quiero que veas sus miradas
y te acuerdes de la mía. 

Si quieres que caiga en tu trampa,
hazlo,
mas yo solo quiero que observes el momento preciso 
en que perdí mi propia mirada
por seguir la tuya.

Si quieres mentirme,
miénteme,
mas yo solo te pido que lo hagas 
mirándome a los ojos.

Y si quieres mentirme de verdad,
miénteme, 
y mírame mientras yo me pongo feliz como un tonto
al creerte todas tus palabras.

Si quieres engañarme,
engáñame,
mas yo solo te pido que cierres los ojos
y veas mis ojos en tu imaginación 
mientras lo haces con él.

Si quieres hacerme daño con tu mirada,
detente,
quiero que me des la oportunidad
para que yo pueda mirarte primero.

---

Si quieres golpearme,
golpéame,
pero te pido que me mires
cuando mis ojos entren en pánico.

Si quieres robarme,
róbame,
pero mírame mientras te entrego
todas mis pertenencias.

Si quieres matarme,
mátame,
pero te pido que no lo hagas por la espalda:
es mejor que me mires a los ojos mientras 
muero.

Si quieres violarme,
viólame,
pero te pido que me mires a los ojos mientras lo haces...
...y si no tienes compasión por mí,
quiero que mis ojos te sirvan de espejo
para que te confrontes contigo mismo en ese momento.

---

Si quieres borrar mis murales,
hazlo,
pero quiero que observes mi mirada
en el momento en que yo las pinté.

Si quieres construir un puerto en el playa,
hazlo,
pero primero observa la mirada de los niños
mientras juegan en el verano.

Si quieres desaparecer mi laguna,
hazlo,
pero antes siéntate a mi lado todas la noches 
mientras me siento a contemplarla.

---

Si no me amas
quiero que me lo digas
mirándome a los ojos.

Y si me amas,
no me lo digas,
porque al mirarte
sabré tu respuesta.

La única mirada que perdura,
es la mirada del amor.

Eyan

viernes, 17 de abril de 2015

Poemas de amor

I.

Me enamoré a primera vista

y eso me basta,
porque lo que es difícil de mirar
es imposible de conocer,
y mirada difícil de mantener
es amor imposible de sobrellevar.

II.


El sexo termina con un orgasmo.

El amor termina,
aunque sigamos amándonos.

III.


Quiero que nuestro amor

sea difícil de consumar,
para sentir el mismo impedimento
cuando nos amenace la soledad:
el dinero que llega fácil,
fácil se va.

IV.


El sexo es poderoso,

como una bala que entra rápidamente
a tu corazón...
...mas sale con la misma fuerza.
El amor llega tarde...
pero se queda,
recorre hasta la última célula de tu cuerpo
que no se haya enamorado de mí.

V.


Y sí. 

Si hay algo que tengo que agradecerle,
es que por ella llegué a ti. 

Eyan

sábado, 11 de abril de 2015

El tiempo sin tiempo

Día x: El tiempo que no quiere serlo

Se forma un paréntesis entre la vida de los sueños
y la vida cotidiana,
el tiempo deja de ser sí mismo,
la intemporalidad y la trascendencia
de un artificio cósmico y humano
que se esconde en la oscuridad,
en el silencio y en la inmovilidad.

Cansancio de las almas que caminan y corren
en una maratón sin fin ni recompensas:
movimiento que nos pide la vida,
pero que ha perdido sentido,
ya no lo es,
el tiempo ha sido atrapado
por sus propias creaciones,
se mira en el espejo de los ascensores:
la proyección hacia el infinito,
el tiempo se asusta de verse a sí mismo
como la persona que se detiene
y mira su pasado,
y reconoce que desperdició mucho tiempo,
mira su futuro y solo consigue ver
su pasado proyectado.

Desesperanza,
más de lo mismo,
el tiempo busca el cambio,
su cualidad inherente,
mas va a un tiempo sin tiempo,
como el viajero que se encuentra con otros tiempos
y otros seres: se miran con semejanza.

El anhelo de ser atrapado por este tiempo es poderoso:
¿por qué no? ¿por qué si?
En esas dudas de idas y venidas
el tiempo que no quiere serlo envejece sin darse cuenta.

Es tu tiempo,
mi tiempo,
que va más allá de los lugares y otros tiempos,
el que tú le dedicas,
como la creación de las cosas que se rebelan
contra el olvido.

No corras contra el tiempo
si ni siquiera puedes ir en su misma dirección,
sé el tiempo,
tu tiempo,
el de la vida y la muerte,
el del juego,
el rito,
el amor,
los viajes,
el tiempo dentro del tiempo.


Eyan

martes, 7 de abril de 2015

Entre la verdad y tener la razón

La verdad es liberadora, es el consuelo de los oprimidos, es la manera en que uno puede despejar el nubarrón de ideas confusas y hacer visible la interacción de las cosas. En cambio, tener la razón, como dice el término, es la apropiación de la verdad, es ponerla en cautiverio, a cualquier costo, apoderándose de ella sin su consentimiento, sin ser ella misma. Si la verdad no le pertenece a nadie, porque es el camino, tener la razón sí, porque se vuelve un fin en sí mismo. Creo en este camino de la búsqueda de la verdad, sin darme cuenta, he caído en varios intentos de adueñarme de ella. Suceden casos en que uno tiene mejores argumentos, gana discusiones y deja en ridículo a ciertos adversarios. Estos hechos generan, inevitablemente, una mala costumbre. La verdad, que no le pertenece a nadie, se vuelve un trofeo de guerra. Eso conlleva a que el ganador sea el dueño de la verdad, se pierden las diferencias, se mezcla todo y se rinde culto a la persona. 

Recuerdo que una vez un maestro me dijo que en este mundo tenemos que dudar de todo, que nada es seguro en esta vida, incluso el piso por donde uno camina; sin embargo, él me dijo que hay algo que uno nunca debe de perder, la valentía, que es nuestro estímulo que nos permite seguir buscando eso que no sabemos qué es, pero que nos hace mantenernos y sentirnos vivos: tenemos que seguir caminando. Parecería que esta forma de pensar nos llevaría a un cierto relativismo, una falta de verdad, pues no, por el contrario, el mostrarse abierto ante los demás generaría que el debate se enriquezca, se amplíe el espectro... no es tan divertido jugar solo. El encerrarse en uno mismo eso sí que llevaría la anulación del otro, el dogma al cuadrado, pero es difícil no hacerlo cuando nuestras opiniones están muy ligadas al ego, incluso a la autoestima; sin embargo, nadie es infalible.
¿Cuál es la otra cara de la moneda de la verdad?
Pongo un caso específico que puede trasladarse a otras ámbitos de la vida, cito a Octavio Paz: "...un exceso de sinceridad puede conducirnos a formas refinadas de la mentira. Cuando nos enamoramos nos "abrimos", mostramos nuestra intimidad, ya que una vieja tradición quiere que el que sufre de amor exhiba sus heridas ante la que ama. Pero al descubrir sus llagas de amor, el enamorado transforma su ser en una imagen, en un objeto que entrega a la contemplación de la mujer —y de sí mismo—. Al mostrarse, invita a que lo contemplen con los mismos ojos piadosos con que él se contempla. La mirada ajena ya no lo desnuda; lo recubre de piedad. Y al presentarse como espectáculo y pretender que se le mire con los mismos ojos con que él se ve, se evade del juego erótico, pone a salvo su verdadero ser, lo sustituye por una imagen. Substrae su intimidad, que se refugia en sus ojos, esos ojos que son nada más contemplación y piedad de sí mismo. Se vuelve su imagen y la mirada que la contempla".
¿Cuál es el camino?
Divertirnos jugando, sin pensar como fin último la búsqueda de ganador y perdedor, no evadir el juego erótico. Es una situación difícil, porque la imagen del ganador es la de una persona fuerte, intocable, incuestionable y de excesivo respeto. Una IMAGEN de la autoridad que todavía no hemos conseguido liberarnos

Eyan